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Cómo atraer insectos al jardín

Nota Área de Entomología

Cómo atraer insectos al jardín

Publicado el 19/01/2022
insectos
Mosca abeja (Eristalis tenax) sobre flores de Zinnia.
Francisco Urra, curador del Área de Entomología del MNHN, entrega útiles pistas para que nuestros jardines sean visitados por los insectos, y así ayudar, de alguna manera, a las amenazas que sufren los insectos por la devastación de sus hábitats naturales.

No cabe duda de que nuestras actividades afectan de manera negativa a los ecosistemas, modificando drásticamente el paisaje, agotando los recursos naturales o envenenando el suelo, el agua y el aire. Esta situación ha llevado a que muchos de los ambientes y las especies que los habitan se encuentren amenazados. Los insectos no son la excepción, y recientes estudios indican que las poblaciones naturales de estos animales están en un evidente declive, señalando como sus causas a la pérdida y fragmentación del hábitat, producida por la deforestación, el aumento de la superficie silvoagropecuaria y la expansión inmobiliaria; la contaminación producida por la industria, los agroquímicos y las luces urbanas; las especies invasoras; la sobreexplotación y el cambio climático.

A pequeña escala podemos mitigar este problema creando los espacios necesarios para que los insectos y otros pequeños animales logren sobrevivir y perpetuarse en el tiempo. Los jardines y huertos resultan excelentes lugares para dar asilo a la fauna local, a la vez que nos permiten contemplar las intrincadas relaciones que en ellos se establecen. No debemos olvidar que los insectos siempre estarán asociados a la presencia de materia orgánica y que son parte importante de las cadenas tróficas.

Figura 1. Pequeño jardín de plantas herbáceas para atraer insectos antófilos.
Figura 1. Pequeño jardín de plantas herbáceas para atraer insectos antófilos.

Si nuestro objetivo es proveer comida y refugio a insectos y otros pequeños animales, tendremos que asegurarnos de elegir aquellas plantas que permitan el desarrollo de sus estados inmaduros (plantas hospederas) o que constituyan una fuente importante de néctar y polen para aquellos que buscan alimentarse de estos recursos florales (insectos antófilos). Muchos insectos habitan y se alimentan del follaje de árboles y hierbas, como las larvas de lepidópteros, chinches, pulgones, saltamontes y escarabajos; mientras que otros actúan depredando (mántidos, chinitas, crisopas, chinches depredadoras) o parasitando (avispas y moscas parasitoides). Algunas arañas también viven en el follaje cazando a sus presas mediante telas o emboscándolas.

Figura 2. Algunos insectos que viven en el follaje. Herbívoros: saltamontes (a), ninfa de chinche (b), pulgones (c), pololo verde (d), larvas de mariposa (e); depredadores: mántido (f), chinita (g), chinche depredadora (h); parasitoides: microavispa bracónida (i).
Figura 2. Algunos insectos que viven en el follaje. Herbívoros: saltamontes (a), ninfa de chinche (b), pulgones (c), pololo verde (d), larvas de mariposa (e); depredadores: mántido (f), chinita (g), chinche depredadora (h); parasitoides: microavispa bracónida (i).

  

Idealmente pueden plantarse árboles, arbustos y hierbas nativas, sobre todo si se cuenta con suficiente espacio. La ventaja de utilizar especies autóctonas de la zona es que están adaptadas a las condiciones locales, sus requerimientos de agua o nutrientes son mínimos y atraen una gran variedad de insectos nativos, que han coevolucionado con ellas; además, muchas de estas plantas sirven de alimento a insectos herbívoros. También está la opción de utilizar plantas introducidas, teniendo especial cuidado que no sean invasivas o que produzcan algún efecto adverso en la salud de las personas (alergias, intoxicación). Si se dispone de espacios reducidos, la opción es plantar hierbas anuales o perennes, ya sea en el suelo o en macetas.

Sea cual sea la opción, se sugiere que las plantas a usar presenten abundantes flores pequeñas y que la floración se prolongue por varias semanas durante la temporada. Esto es especialmente importante para mantener insectos polinizadores y enemigos naturales de plagas.

Figura 3. Pequeños escarabajos alimentándose de polen en flor de rosa.
Figura 3. Pequeños escarabajos alimentándose de polen en flor de rosa.
Figura 4. Mariposa hespérida (Hylephila fasciolata) alimentándose de néctar en flor de rábano.
Figura 4. Mariposa hespérida (Hylephila fasciolata) alimentándose de néctar en flor de rábano.

 

Figura 5. Avispa alfarera (Pachodynerus gayi) en flor de milenrama.
Figura 5. Avispa alfarera (Pachodynerus gayi) en flor de milenrama.

En la zona central de Chile pueden usarse árboles nativos como quillay (Quillaja saponaria), peumo (Cryptocarya alba), huingán (Schinus polygamus) y molle (Schinus latifolius), entre otros; arbustos como la malva de cerro (Sphaeralcea obtusiloba), corontillo (Escallonia pulverulenta), matico (Buddleja globosa), tupa (Lobelia excelsa), natre (Solanum crispum), oreganillo (Teucrium bicolor) y chilco (Fuchsia magellanica, requiere riego frecuente), por mencionar algunos; entre las herbáceas los capachitos (Calceolaria spp.), maripositas (Schizanthus spp.), toronjilcillo (Stachys spp.), alstromerias (Alstroemeria spp.) y azulillos (Pasithea coerulea) destacan por sus coloridas flores.

Figura 6. Algunas plantas nativas atractivas para insectos. Quillay (a), corontillo (b), tupa (c), matico (d), oreganillo (e), chilco (f), mariposita (g), toronjilcillo (h), alstromeria (i).
Figura 6. Algunas plantas nativas atractivas para insectos. Quillay (a), corontillo (b), tupa (c), matico (d), oreganillo (e), chilco (f), mariposita (g), toronjilcillo (h), alstromeria (i).

Arbustos introducidos atractivos para los insectos son el árbol de las mariposas (Buddleja davidii, especie que se comporta como invasora en algunas regiones del mundo), salvias (Salvia leucantha, Salvia microphylla, Phlomis fruticosa), lavandas (Lavandula angustifolia), corona del poeta (Spiraea cantoniensis) y pitósporos (Pittosporum tobira); hierbas anuales o bianuales útiles son las zinnias (Zinnia elegans), caléndulas (Calendula officinalis), girasoles (Helianthus annuus), clavelones (Tagetes patula), borraja (Borago officinalis), zanahoria (Daucus carota), rábanos (Raphanus raphanistrum) y cebollas (Allium cepa); hierbas perennes como dimorfotecas (Dimorphotheca dregei), equináceas (Echinacea angustifolia), milenrama (Achillea millefolium, Achillea filipendulina), clavelinas chinas (Dianthus chinensis), artemisa (Tanacetum parthenium), orégano (Origanum vulgare), menta (Mentha×piperita), toronjil (Melissa officinalis), hierba de San Pedro (Tanacetum balsamita) e hinojo (Foeniculum vulgare), por mencionar sólo algunas. Además, varias de estas hierbas son aromáticas y tienen propiedades medicinales, aumentando el valor de su presencia en el jardín.

Figura 7. Algunas plantas exóticas atractivas para insectos. Árbol de las mariposas (a), zanahoria (b), hinojo (c), menta (d), orégano (e), salvia (f), milenrama (g), zinnia (h), girasol (i), borraja (j), rábano (k), cebolla (l).
Figura 7. Algunas plantas exóticas atractivas para insectos. Árbol de las mariposas (a), zanahoria (b), hinojo (c), menta (d), orégano (e), salvia (f), milenrama (g), zinnia (h), girasol (i), borraja (j), rábano (k), cebolla (l).

La variedad de plantas a usar es amplia y dependerá de su disponibilidad y del espacio que se cuente para su cultivo. Incluso a veces, sólo basta permitir el crecimiento de plantas asilvestradas como pastos, cardos, yuyos y malvas, en los bordes o sectores no cultivados, para atraer a diversos insectos.

Figura 8. Borde de predio con plantas asilvestradas.
Figura 8. Borde de predio con plantas asilvestradas.

 

Otro aspecto importante para considerar es la creación de refugios naturales para los animales pequeños. Este objetivo se logra apilando piedras, ramas o troncos en algún costado del jardín o huerto, o bien, creando setos vivos con arbustos nativos o introducidos. Estos refugios no sólo resultan útiles para insectos, ya que también pueden ser usados por arañas, aves pequeñas y reptiles. También es importante reciclar los residuos orgánicos que se generen durante el cultivo de las plantas, pues además de incorporar materia orgánica al suelo, los desechos como hojas muertas, ramillas y residuos de podas y cosechas proveen de alimento a numerosos insectos xilófagos y detritívoros.

Así que si tiene la posibilidad de cultivar un pequeño huerto, jardín o maceta, considere que aquellas plantas, además de embellecer su hogar o deleitarnos con su sombra o sus frutos, podrían entregar sustento y refugio a otras numerosas formas de vida.

 

Referencias

- Harris, B., Braman, K., Pennisi, B. y Putzke, M. (2016) Eco-Friendly The Garden: Attracting Pollinators, Beneficial Insects, and Other Natural Predators. University of Georgia and Fort Valley State University, Bulletin 1456. 18 pp. https://secure.caes.uga.edu/extension/publications/files/pdf/B%201456_2.PDF

- MMA-ONU Medio Ambiente. (2020) Guía de Bolsillo: Insectos Polinizadores Nativos de la Zona Central de Chile. Especialistas co-autores: Víctor Monzón, Luisa Ruz, Rodrigo Barahona, Vanessa Durán, Cristian Villagra, Patricia Henríquez-Piskulich y Patricia Estrada. Desarrollado y financiado en el marco del Proyecto GEFSEC ID 5135 Ministerio del Medio Ambiente - ONU Medio Ambiente. Santiago, Chile. 68 pp. https://fundacionphilippi.cl/wp-content/uploads/2020/05/Gu%C3%ADa_Polinizadores-GEFMonta%C3%B1a.pdf

- Sánchez-Bayoa, F. y Wyckhuys, K. A. G.  (2019) Worldwide decline of the entomofauna: A review of its drivers. Biological Conservation 232: 8–27.