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Animales exóticos y únicos: la jirafa

Nota Área de Zoología:

Animales exóticos y únicos: la jirafa

Publicado el 06/10/2020
Jhoann Canto, Jefe del Área de Zoología de Vertebrados, nos cuenta sobre uno de los clásicos de África: la jirafa

Un gran número de personas conocen las jirafas. Las han visto en zoológicos, documentales, películas y por supuesto en los museos. A pesar de lo común que puede parecer, las jirafas presentan particularidades entre las distintas especies que conforman el orden Artiodactyla.

La jirafa es formalmente (es decir su nombre científico) denominada Giraffa camelopardalis y fue descrita por Brisson en 1762. Esta especie pertenece a la Familia Giraffidae que sólo agrupa a la jirafa y al okapi (una especie mucho más pequeña). Actualmente se reconocen nueve subespecies de jirafas agrupadas genéticamente en tres grupos: jirafas de África Occidental; de África del norte y de África del Sur. Si bien en general se tiende a creer que son muy parecidas, las subespecies pueden ser distinguidas por sus distintos patrones de coloración y diseño de su pelaje, además de diferencias genéticas.

Un aspecto diferente en las jirafas, es que sus cuernos no presentan una vaina de queratina como en otros artiodáctilos. Una característica particular de esta especie es la existencia de varios cuernos. Los más notorios son un par de cuernos denominados osiconos, los que están hechos de cartílago osificado y que se fusionan posteriormente al cráneo en los huesos parietales, mientras en los otros artiodáctilos los cuernos y las astas se fusionan al hueso frontal. Los cuernos en la jirafa se fusionan con el cráneo aproximadamente a poco más de los cuatro a cuatro años y medio en el macho y en siete o más en la hembra. Estos cuernos están cubiertos de piel y pelos. Se piensa que estos cuernos podrían desempeñar un papel en la termorregulación. Existen además otros cuernos; uno que es llamado cuerno medial y se emplaza en la zona de la frente del animal en forma de quilla. También se presenta un cuerno occipital. Algunos investigadores señalan que también existen unos cuernos menores en la zona orbital, aunque no existe un acuerdo común de esto último.

Una vez que los individuos han alcanzado la madurez sexual, el cráneo ya no crece más, pero aumenta su peso medio. En la hembra de llega a unos 2,2 kg y en el macho hasta unos 7,8 kg, con valores máximos de 4 y 11,3 kg respectivamente. Esta diferencia de masa entre machos y hembras podría tener relación con las conductas de competencia, ya que se observa que los machos que presentan cabezas más pesadas, son de mayor eficiencia cuando se enfrentan en combate con otros individuos. También se observan amplios espacios de aire (senos nasales) en la sección frontal del cráneo. El maxilar presenta un paladar ranurado y carece de dientes frontales. El cráneo de la jirafa mide 60 cm desde la nariz hasta la parte posterior de la cabeza.

El tamaño máximo que pueden alcanzar (longitud cabeza -cuerpo) es de unos 480 centímetros. Los machos pueden alcanzar un peso (masa) de 1.9030 kilos, mientras que las hembras 1.180. La gestación tiene una duración de unos 15 meses y la cría al nacer pesa unos 100 kilos. En cautiverio han llegado a vivir 36 años.

Para saber más:

Geraads, D. 1991. Derived features of giraffid ossicones. Journal Mammalogy 72(1): 213-214 General Notes.

Spinage, C.A. 1968. Horns and others bony structures of the skull of the giraffe and their functional significance. E. Afr. Wildl. J. 6: 53-61.

Wilson, E. y R.A. Mittermier. 2011. Handbook of the mammals of the world: hoofed mammals. Volumen 2. Editorial Lynx, 855 páginas.