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Anfípodos fósiles: una historia de frustraciones

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Anfípodos fósiles: una historia de frustraciones

Publicado el 28/04/2017
Inclusión en ámbar del Eoceno. Fósiles de anfípodos del género Palaeogammarus.
Inclusión en ámbar del Eoceno. Fósiles de anfípodos del género Palaeogammarus.
Jorge Pérez Schultheiss, curador del Área de Zoología del Museo, nos cuenta que encontrar anfípodos fósiles en buen estado es más difícil que pellizcar un vidrio.

Los crustáceos constituyen un antiguo grupo de invertebrados, cuyo origen data del Cámbrico, hace alrededor de 500 millones de años, lo que ha quedado reflejado en un extenso registro fósil. Sin embargo, los anfípodos (pulgas de mar), uno de los grupos de crustáceos actualmente más diversos y abundantes (casi 10.000 especies recientes descritas), presentan un origen incierto hasta hoy.

Si bien se dispone de pruebas indirectas (e.g. biogeografía) de que los anfípodos se originaron durante el periodo Carbonífero, hace alrededor de 300 millones de años (ref. 1), hasta ahora no existe evidencia tangible para esta afirmación, ya que su registro fósil es extremadamente pobre.

Es probable que el cuerpo relativamente frágil y tegumento delgado de la mayor parte de los anfípodos haya dificultado su fosilización, a diferencia de otros grupos emparentados con exoesqueletos más calcificados, como isópodos y tanaidáceos, que están mucho mejor representados en el registro fósil.

Los fósiles de anfípodos conocidos se restringen principalmente a inclusiones en ámbar del Eoceno (alrededor de 40 millones de años atrás) y aunque existen referencias de fósiles mineralizados, muchos de ellos, especialmente los más antiguos,fueron erróneamente interpretados o permanecen como dudosos, en lo que constituye una curiosa y confusa historia paleontológica.

El primer supuesto anfípodo fósil conocido data del periodo Pérmico (alrededor de 270 millones de años atrás), y fue descrito en 1859 con el nombre de Palaeocrangon (ref. 2). Sin embargo, en 1957, se demostró que este fósil realmente correspondía a un isópodo (ref. 3).

Luego, se descubrió un anfípodo fósil que data del Silúrico (alrededor de 430 millones de años atrás), descrito en 1870 bajoel nombre de Necrogammarus (ref. 4); pero en 1986, se demostró que estos restos correspondían a un Eurypterido (ref. 5).

Más tarde, en 2000, un fósil de anfípodo fue reportado del Cretácico (cerca de 100 millones de años atrás, véase ref. 6), y posteriormentedesacreditado en 2007, al demostrarse que eran de hecho fragmentos de tanaidáceos (ref. 7).

El caso más reciente fueel fósil Rosagammarusminichiellus, descrito en 2013, del periodo Triásico (cerca de 230 millones de años atrás, véase ref. 8). Este correspondía al anfípodo fósil más grande jamás descrito, al alcanzar los 17 centímetros de longitud corporal; sin embargo, nuevamente fue descartado como una identificación errónea, al confirmarse que correspondía a la cola de un crustáceo decápodo similar a una langosta (ref. 9).

Si bien aún restan algunos antiguos fósiles dudosos atribuibles a anfípodos del Jurásico medio (aproximadamente 170 millones de años atrás, véase ref. 10), los inicios de la historia evolutiva de este grupo permanecen en la oscuridad, ya que los restos reportados del Eoceno y atribuidos con seguridad al orden Amphipoda (génerosAndrussovia, Hellenis, Melita, Niphargus, Palaeogammarus, PraegmelinaySynurella), representan apenas una minúscula ventana, que no entrega luces respecto de los grupos basales que dieron origen a la extensa gama de anfípodos actuales.

Referencias

1.- Bousfield, E. L. & S. T. Shih, 1994. Thephyleticclassification of amphipod crustaceans: problems in resolution. Amphipacifica, 1(3): 76-134.

2.- Bate, C. S. 1859. On the fossil Crustacean found in the Magnesian Limestone of Durham by Mr. J. Kirby and on a new species of Amphipod. Quarterly Journal of the Geological Society of London 15: 137-140.

3.- Glaessner, M. F. 1957. Palaeocrangon, a Permianisopodcrustacean. Records of the South AustralianMuseum 13: 143-145.

4.- Woodward, H. 1870. OnNecrogammarussalweyi (H. Woodward), anamphipodous crustacean from the Lower Ludlow of Leintwardine. Transactions of the Woolhope Naturalists Field Club 1870: 271-272.

5.- Selden, P. A. 1986. A new identityfortheSilurianarthropodNecrogammarus. Palaeontology 29: 629-631.

6.- Alonso, J., A. Arillo, E. Barron, J. C. Corral, J. Grimalt, J. Lopez, R. Lopez, X. Martinez-Declos, V. Ortuno, E. Penalver, and P. R. Trincao. 2000. A new fossil resin with biological inclusions in Lower Cretaceous deposits from Alava (northernSpain, Basque-Cantabrianbasin). Journal of Paleontology 74: 158-178.

7.- Vonk, R., and F. R. Schram. 2007. Three new tanaidspecies (Crustacea, Percarida, Tanaidacea) from the Lower Cretaceous Alva amber in northern Spain. Journal of Paleontology 81: 1502-1509.

8.- McMenamin, M.A.S., L.P. Zapata&M.C. Hussey, 2013. AtriassicgiantamphipodfromNevada, USA. Journal of Crustacean Biology, 33(6): 751-759.

9.- Starr, H.W., T.A. Hegna,&M.A.S. McMenamin, 2016. Epilogue to the tale of thetriassic amphipod: Rosagammarus McMenamin, Zapata and Hussey, 2013 is a decapodtail (Luningformation, Nevada, USA). Journalof CrustaceanBiology, 36(4): 525-529.

10.- Heggemann, H., R.Kohring& T. Schluter, 1990. Fossilplants and arthropods from the PhraWihan Formation, presumably MiddleJurassic, of northern Thailand. Alcheringa 14: 311-316