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¿Por qué son tan diversos los insectos?
Con más de 1 millón de especies descritas, los insectos son el grupo de animales más diverso del planeta. Sin embargo, el número total de especies está lejos de conocerse y las estimaciones más conservadoras sugieren que esta cifra podría fluctuar entre 4 a 5 millones de especies. La variedad de formas, tamaños y colores dejan atónito a cualquiera que se inicie en su estudio, con cantidades abrumadoras de especies en cada grupo. Sólo el orden Coleoptera (escarabajos) incluye más de 380 mil especies, seguido por Lepidoptera (mariposas y polillas) y Diptera con 160 mil especies cada uno, e Hymenoptera con 116 mil especies. En Coleoptera, la familia Curculionidae, que agrupa escarabajos conocidos comúnmente como gorgojos, incluye la no despreciable cifra de 51 mil especies, siendo más diversa que cualquiera de las clases de vertebrados existentes.
¿Por qué los insectos han tenido tanto éxito? Las razones están asociadas a sus adaptaciones morfológicas y fisiológicas desarrolladas en el transcurso de su historia evolutiva, la que tuvo su origen hace aproximadamente 350 millones de años. En primer lugar, los insectos son de tamaño pequeño, si los comparamos, por ejemplo, con la mayor parte de los vertebrados y con muchos invertebrados. Ser pequeño es ventajoso, pues permite refugiarse o escapar de depredadores; además siendo pequeño se necesita de poco alimento para completar el ciclo vital. Por otra parte, los insectos tienen un exoesqueleto resistente y liviano, hecho de quitina, un polisacárido que contiene nitrógeno. Esta "armadura" es impermeable al agua, evitando así la deshidratación. Además, los protege de sustancias tóxicas y del ataque de sus enemigos naturales (depredadores y patógenos). Un rasgo particular que caracteriza a los insectos, es que son los únicos invertebrados que poseen alas, lo que les permite desplazarse grandes distancias en busca de alimento, refugio o pareja. Cabe señalar que en el transcurso de su evolución, algunos grupos de insectos redujeron o perdieron totalmente estas estructuras. Tal es el caso de piojos y pulgas, que viven como parásitos externos de vertebrados.
La mayoría de los insectos tienen ciclos vitales cortos, algunos con una duración inferior a un mes en condiciones favorables. Además, son animales capaces de dejar un gran número de descendientes. Algunas hembras pueden poner más de un millón de huevos, como en ciertas especies de termitas, pero lo corriente es que las hembras de los insectos originen desde algunas decenas hasta un par de centenas de descendientes. La mayor parte de los insectos presentan distintos estados de desarrollo, lo que les ha permitido aprovechar de mejor manera los recursos, evitando la competencia intraespecífica.
Sobre el 80% de las especies tiene desarrollo holometábolo (metamorfosis completa), que incluye la fase de huevo, larva, pupa y adulto. Entre estos insectos están los lepidópteros, cuyas larvas son masticadoras y consumen plantas u otros sustratos, mientras que los adultos sólo succionan líquidos dulces o bien no se alimentan. La fase de huevo y la pupa no se alimentan, por lo que son capaces de resistir periodos adversos. A modo de reflexión podemos afirmar que, para cualquiera de nosotros se nos haría imposible conocer o estudiar todas las especies de insectos que existen. De hecho, muchos entomólogos se especializan a nivel de familia, subfamilia, tribu o incluso grupos de especies. Además, al considerar los estados inmaduros por los que pasa cada especie de insecto, la diversidad de formas se cuadruplicaría o quintuplicaría, abrumando aún más a quien soberbiamente pretenda conocerlos todos.