Pasar al contenido principal

«Chinchorro: trascender a la muerte»: módulo 2, Desafiando a la muerte

Nota Área de Antropología:

«Chinchorro: trascender a la muerte»: módulo 2, Desafiando a la muerte

Publicado el 13/05/2019
Infante 221
Infante 221
Dejamos con ustedes una nota preparada por la curadora de Antropología, Verónica Silva sobre la exposición temporal “Chinchorro: trascender a la muerte”.

La exposición temporal "Chinchorro Trascender a la Muerte" estará hasta agosto de 2019 en el hall central del Museo Nacional de Historia Natural, para que no olvide visitarnos, les contamos lo que puede encontrar en ella:

Como ya dijimos en una nota anterior, la exposición está conformada por módulos. En el segundo de estos módulos se abordan dos principales aspectos de la vida y muerte de los Chinchorro, por una parte el tratamiento mortuorio analizando los detalles constructivos de los cuerpos o momias, junto a los utensilios y materias primas utilizadas para este propósito. En segundo lugar, relacionamos la técnica utilizada por los Chinchorro en la preparación de los cuerpos con la taxidermia tradicional, por ello el módulo incluye también animales taxidermizados, que nos permiten visualizar a quienes compartían el hábitat con los Chinchorro y les servían de alimentos o proveían de materias primas como pieles y huesos. Este módulo cuenta también con un punto táctil donde se pueden tocar algunas de las principales materias primas utilizadas por los Chinchorro y por primera vez en nuestras exhibiciones temporales, se incorporan algunos textos en Braille para personas en situación de discapacidad visual, permitiéndonos ser más inclusivos, sin embargo, sabemos que debemos seguir avanzando en esta línea.

La cultura Chinchorro ha sorprendido al mundo por su complejo ritual funerario y por poseer las llamadas "momias más antiguas del mundo". La práctica mortuoria incluía la momificación de sus muertos con una gran variedad de tratamientos, demostrando un gran conocimiento anatómico y una compleja cosmovisión en torno a la muerte que contrasta con la simplicidad de su modo de vida. Si bien ningún cuerpo es igual al otro, el tratamiento mortuorio incluía generalmente el descarnamiento y el re-armado estructural del esqueleto, el relleno de las cavidades con fibras vegetales o sedimentos, la reposición de la piel humana o su reemplazo por pieles de animales y el uso de arcillas y pigmentos. Asemejándose el proceso más a la técnica de la taxidermia que a la momificación artificial propiamente tal.

En la taxidermia tradicional se conserva la piel a través de preservantes como el arsénico. Se mantienen algunos huesos para estructurar el cuerpo artificial, fabricado en arcilla y fibra vegetal, restableciéndose finalmente la piel. La referencia a cuerpos taxidermizados fue propuesta por el arqueólogo Agustín Llagostera (2003), al describir los tratamientos mortuorios en la colección Chinchorro de Max Uhle del MNHN, y en la colección Ancker Nielsen del Museo Regional de Iquique. Estas colecciones se caracterizan por la baja presencia de tejido blando, a excepción de la piel y el uso de fibra vegetal para el relleno de los cuerpos.
Por otro lado, la momificación es un proceso conservador del cadáver en el que, a través de la desecación, se preservan los tejidos blandos; este proceso puede ser natural o artificial. Un ejemplo de momias naturales son las del desierto de Atacama, mientras que las egipcias son momias artificiales. A diferencia del antiguo Egipto, los Chinchorro no poseían un especialista momificador, ni procedimientos estandarizados. En Chinchorro, los cuerpos eran trabajados artesanalmente por el núcleo familiar, combinando conocimiento anatómico con tradiciones técnico-estilísticas transmitidas de generación en generación.

Por primera vez en Chile y en el mundo, esta exposición incluye réplicas de los cuerpos Chinchorro obtenidas por impresión 3D gracias a la tomografía computada (escáner) realizada a los cuerpos reales en la Clínica Las Condes. Esto se debe a que uno de los principales desafíos a la hora de montar una exposición de esta naturaleza es la necesidad de no exhibir cuerpos humanos originales, principalmente por consideraciones éticas que incluyen el respeto al difunto y las sensibilidades de nuestros visitantes y comunidades, además se evita así el deterioro que se produce al estar estos en exhibición.

Para llevar a cabo estas impresionantes réplicas, el equipo del Centro de Innovación de la Clínica Las Condes junto a nuestra asesoría, trabajó arduamente con las imágenes de las tomografías en un proceso llamado segmentación, donde se separaron virtualmente capa por capa los distintos elementos que componen los cuerpos. Con ello se logró no sólo mostrarlos externamente, sino que además nos permite visualizar parte del interior de los mismos y exponer los diferentes elementos presentes en el armado de los cuerpos, así como la gran variedad de tratamientos existentes.
Luego de la segmentación los cuerpos fueron impresos en 3D en el mismo Centro de innovación de la Clínica Las Condes y posteriormente trabajados por la empresa de artistas Taumatropo quienes, también con nuestra asesoría, les dieron textura, color y recrearon el relleno, la vestimenta y el fardo funerario, permitiendo un hiperrealismo difícilmente alcanzado con otras técnicas, posibilitando con ello que la experiencia de estar frente a cuerpos Chinchorro sea tan real como estar con el original.