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Rodulfo Philippi y la protección del patrimonio cultural en Chile

Un pionero en el resguardo de lo nuestro:

Rodulfo Philippi y la protección del patrimonio cultural en Chile

Publicado el 04/01/2019
Francisco Garrido, curador del Área de Antropología, nos comparte una nota en la que se cuenta el rol de Rodulfo Philippi, insigne ex director del MNHN, en promover la protección estatal de nuestro patrimonio.

Nuestro país contó recién en el año 1925 con una normativa específica de protección del patrimonio cultural, materializada en la creación del Consejo de Monumentos Nacionales. Sus comienzos fueron inestables y con un restringido campo de acción hasta el año 1970, en que se promulga la Ley de Monumentos Nacionales (17.288). Desde esa época es que se logra poco a poco asentar una mejor institucionalidad destinada al resguardo patrimonial, la cual ha seguido un constante camino de perfeccionamiento hasta el presente.

Más allá de aquella historia legal consolidada durante el siglo XX, es destacable la temprana visión de Rodulfo Philippi, quien durante el siglo XIX siendo director de nuestro museo, ya promovía el involucramiento del Estado en cuanto al resguardo e investigación del patrimonio arqueológico.

Si bien la exhibición e investigación en zoología y botánica en el museo en dicha época eran efectuadas de modo sistemático y siguiendo criterios científicos, la organización de la muestra de objetos culturales estaba aún regida por criterios relacionados al anticuarismo sin definir claramente su contexto cultural y con un enfoque más bien estético. A pesar de lo anterior, se deja entrever en la información del archivo histórico administrativo que Philippi poseía una visión a futuro en cuanto a la importancia de las colecciones arqueológicas para la comprensión del pasado. Así, él argumentaba que estas poseían un potencial superior al de la historia para comprender las sociedades prehispánicas: “Oigo con frecuencia contar que se ha hallado sepulcros de los antiguos indios con sus huesos, con ollas, ídolos, útiles de piedra, bronce i cobre, que se pierden por la incuria de las personas que hallan tales cosas, lo que es de lamentar, porque estos restos dan una idea más exacta i cabal del estado de la industria i civilización de los habitantes de Chile anteriores a la conquista, que las narraciones de los antiguos historiadores de nuestra patria, i son interesantísimos, cuando se comparan con restos de los antiguos peruanos, quiteños, mejicanos, etc. El filósofo i el historiador sabrán sacar de estos restos resultados importantes, i por eso debo sentir doblemente que en muchísimos casos ellos se pierden porque las personas que los encuentran no saben apreciar la importancia que tienen (AHA 33-24, 31 de agosto de 1876).

Del mismo modo, Philippi solicita al gobierno se envíe una circular dirigida a los funcionarios públicos e ingenieros de ferrocarriles, puentes y caminos para “hacer recojer los objetos arriba mencionados, así como también los huesos fósiles de los animales antediluvianos, que pudieren encontrar en los trabajos cuya ejecución les está encargado, i de remitirlos al Museo Nacional” (AHA 33-24, 31 de Institución de 1876). Por otra parte, Philippi agrega que “Tal vez aún los intendentes i gobernadores podrán contribuir a que dichos objetos se conserven i sirvan a la ciencia. Esa misma medida la ha tomado el gobierno de los Estados Unidos”.

Así, Philippi buscaba convencer a la autoridad ministerial de que el estudio, comprensión y resguardo de la cultura material del pasado debiese concebirse como una necesidad y política pública, incentivando que el cuidado patrimonial debiese ser parte del rol de los funcionarios públicos del país.

De este modo, el Museo fue pionero en proponer la protección oficial del patrimonio cultural nacional, aportando una nueva narrativa de larga data a la historia natural y cultural de la joven república de Chile durante el siglo XIX

Referencias