Inicio / Tipo de contenido / Colecciones digitales
Hace más de 500 años, el niño fue enterrado vivo a 5.400 metros de altura, como una ofrenda al dios inca Inti (Sol). Su cuerpo congelado es un testimonio visible de la antigua ceremonia de la Capacocha.
Ballena del MNHN oculta un siglo su identidad
Pelagornis chilensis: el ave prehistórica más grande del mundo
Niño del cerro El Plomo: una valiosa pieza antropológica