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Niño del cerro El Plomo: un testigo del pasado Inca

Solapas secundarias

Cauri Pacssa ¿El niño del cerro El Plomo?


El niño del cerro El Plomo ha sido nombrado de diferentes formas desde el día de su hallazgo. Luis Gerardo Ríos, su descubridor, lo llamó "el chiquillo". Mientras que la prensa de la época, el público en general e incluso el personal del Museo se referían a él como "el niño o niña inca", " la princesa", "el príncipe de El Plomo".

Incluso "la momia del cerro El Plomo" fue el nombre utilizado por la investigadora Grete Mostny para titular la publicación editada en 1957 sobre los estudios y análisis realizados al Niño.

Fue en la década de 1980 que al interior del Área de Antropología del Museo se empezó a cuestionar ese nombre, tanto por su inexactitud como por la carga trágica y horrorosa que tiene la palabra "momia", en especial por el imaginario que el cine ha construido en torno de su imagen.

La serenidad de la posición dormida del niño y la calma que transmite no se condecía ni con algo trágico ni con esa imagen estereotipada de la momia.

Por ello, la denominación de "niño del cerro El Plomo" se fue imponiendo a las otras denominaciones hasta hacerse común y ser, hasta ahora, la forma que lo identifica.

Al interior del círculo más restringido de quienes se preocupaban por la conservación del niño, hace años que circulaba un nombre que tenía una sonoridad andina, nombre ancestral que hacía divagar y reflexionar a quienes estaban en conocimiento de su existencia: Cauri Pacssa.

Eliana Durán, jefa del Área de antropología en la década del 70, indicó que, leyendo estudios sobre la Capacocha, había encontrado una cita en donde el visitador extirpador de idolatrías del siglo XVII Rodrigo Hernández Príncipe, refiriéndose a capacocha en honor de las huacas rayo, sol, etc. decía que "...enviaron a sacrificar a Chile a Cauri Pacssa, y a Titicaca a Munay Carhua,...".

¿Sería el niño del cerro Plomo el niño mencionado? Es difícil saberlo con certeza, pero es interesante plantear la hipótesis que podrá ser contrastada con investigaciones posteriores. Esta interrogante hacía que ese nombre fuera utilizado de manera reservada para no difundir un equívoco.

Desgraciadamente, esta reserva fue transgredida por un equipo de televisión que hacía documentales sobre las altas cumbres de América, que rompió el compromiso de no divulgar el nombre, dado que era una hipótesis de trabajo no publicada. Hoy se ha divulgado como una certeza y muchos creen que Cauri Pacssa es, efectivamente, el niño del cerro El Plomo, de lo que, se insiste, no hay ninguna evidencia comprobada.

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