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Reflexiones sobre los anfípodos que conquistaron (¿y volverán a conquistar?) la tierra

Nota Área de Zoología:

Reflexiones sobre los anfípodos que conquistaron (¿y volverán a conquistar?) la tierra

Publicado el 11/07/2018
Un típico talítrido semiterrestre. Ejemplar macho de Transorchestia chiliensis (Milne-Edwards, 1840), oculto entre la vegetación supramareal de una playa ubicada en Manquemapu, Comuna de Purranque, Región de Los Lagos (31 de enero de 2018).
Un típico talítrido semiterrestre. Ejemplar macho de Transorchestia chiliensis (Milne-Edwards, 1840), oculto entre la vegetación supramareal de una playa ubicada en Manquemapu, Comuna de Purranque, Región de Los Lagos (31 de enero de 2018).
Jorge Pérez-Schultheiss, curador del Área de Zoología de Invertebrados del MNHN, nos habla sobre los fascinantes anfípodos.

Los anfípodos son un grupo de crustáceos predominantemente acuáticos. La gran mayoría de las casi 10 mil especies conocidas son marinas y alrededor de un 20% habita en aguas dulces (1). Los únicos anfípodos que han logrado salir del agua para colonizar la tierra, son alrededor de 220 especies representantes de la familia Talitridae (véase nota aquí: http://www.mnhn.cl/613/w3-article-83048.html?_noredirect=1), que habitan en la parte alta de playas y otras zonas costeras (especies semiterrestres), y en el suelo de bosques (especies verdaderamente terrestres), siempre en microhábitats con cierta humedad. En Chile, se han encontrado varias especies de talítridos, pero hasta el momento, ninguna de ellas es verdaderamente terrestre (hay rumores de una especie en los bosque de Juan Fernández, pero esto no ha sido confirmado), lo que representa un misterio biogeográfico, ya que el grupo es muy diverso en otros fragmentos de Gondwana (2), el antiguo supercontinente del hemisferio sur, que estaba formado por Antártica, Australia, África, India y Sudamérica.

La colonización de la tierra por parte de los talítridos representa un problema evolutivo mayor, que este grupo ha enfrentado con una serie de adaptaciones morfológicas y fisiológicas, que incluyen la reducción del tamaño de las branquias, la presencia de una capa cerosa aislante cubriendo la cutícula (véase foto del encabezado), una mayor eficiencia en la regulación osmótica, capacidad para saltar por el aire, como una pulga, entre otras (3, 5).     

Recientemente, la profesora Paola Vidal Gerdes de Punta Arenas, quien ha estado colaborando con nosotros en la búsqueda de anfípodos talítridos en la Región de Magallanes, realizó un interesante hallazgo que queremos compartir con ustedes. Mientras visitaba las costas de Tierra del Fuego, con instrucciones precisas de los lugares donde podría encontrar a estos crustáceos, Paola dio con una aglomeración de anfípodos bajo bolones, en la zona supramareal de Bahía Inútil (posición exacta del sitio aquí:

https://drive.google.com/open?id=1NpgoKTVE5RcnGbIDehDlpw0zipRdOPVd&usp=sharing), algo bastante usual de observar en zonas costeras habitadas por talítridos. Luego de grabar los individuos (véase los videos), colectó una muestra, que envió al museo para su identificación.

Al recibir el envío, y con gran curiosidad por saber exactamente de que especie se trataba, fue una sorpresa descubrir que estos anfípodos semiterrestres en realidad no correspondían a ningún talítrido, sino que pertenecen a la familia Pontogeneiidae, cuyos representantes son completamente acuáticos. Los animales fueron determinados como Paramoera fissicauda (Dana, 1852), una especie frecuente en fondos rocosos o de bolones de casi todo el país (Figura 2). Como todos los Pontogeneiidos conocidos, estos crustáceos no presentan ninguna adaptación que les permita resistir a la desecación, pues generalmente habitan asociados a algas en aguas submareales. Sin embargo, el hallazgo de Paola, indica que probablemente sean capaces de sobrevivir por ciertos periodos de tiempo expuestos al aíre, en condiciones ambientales de alta humedad y ausencia de exposición solar directa.

Resulta interesante pensar que probablemente estos hábitos inusuales en especies acuáticas litorales, permitieron a los ancestros de los talítridos, iniciar el proceso de adaptación para colonizar el ecosistema terrestre (2). La evidencia fósil, indica que este proceso se inició en la era cenozoica (4); sin embargo, el registro fósil de los anfípodos es bastante pobre y poco representativo de la historia evolutiva del grupo (véase aquí: http://www.mnhn.cl/613/w3-article-76000.html?_noredirect=1). Pero si consideramos la distribución actual de estos anfípodos y la historia geológica de las áreas donde habitan, se podría inferir que la invasión de la tierra por los talítridos ocurrió mucho antes, al menos durante el Mesozoico (2), la era de los dinosaurios. 

Luego de conocer detalladamente las observaciones de Paola, y de estudiar los ejemplares que nos ha enviado, no podemos evitar pensar en que, con el tiempo suficiente, las Paramoera fissicauda podrían transformarse en los precursores de una nueva línea evolutiva de anfípodos terrestres, que en el futuro compita con los talítridos, pues probablemente ellos debieron comenzar de la misma manera a abandonar el agua, hasta transformarse en el grupo que conocemos hoy (5).

Agradecimiento: Agradezco la ayuda y entusiasmo de Paola Vidal Gerdes, quien a pesar estar interesada principalmente en hormigas, se ha dado el tiempo de colectar material de anfípodos para nosotros, en una apartada zona de nuestro país.