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Excavaciones Arqueológicas en la Catedral de Santiago VI

Persiste esta apasionante saga:

Excavaciones Arqueológicas en la Catedral de Santiago VI

Publicado el 21/10/2015
El equipo de harneadores en plena acción. Excavación del patio los Naranjos, Catedral Metropolitana.
El equipo de harneadores en plena acción. Excavación del patio los Naranjos, Catedral Metropolitana.
Ya está aquí la sexta entrega de Rubén Stehberg sobre sus trabajos subterráneos en la Catedral, ¿qué sorpresas tiene reservadas este capítulo?

Lo prometido es deuda. En una nota anterior había quedado en explicar en qué consiste el trabajo de harneo que se realiza en toda excavación arqueológica.

El harneo es la acción de tamizar o colar todo el sedimento que se extrae de una excavación. La idea es separar la tierra -que cae al piso- de los objetos culturales que quedan retenidos en el harnero (zaranda). Entonces un profesional debe revisar cada objeto, seleccionando aquellos que presentan algún tipo de intervención humana (hueso, metal, cerámica, vidrio, semilla, carbón), de aquellos que no la presentan (roca, madera natural).

Debe existir una estrecha coordinación entre el excavador y el harneador para que cada estrato y nivel sea analizado, etiquetado y embolsado por separado e inmediatamente enviado a la unidad de conservación preventiva. La complejidad de este trabajo explica el porqué se requiere en el harnero la presencia de un profesional con experiencia, usualmente un licenciado o titulado en arqueología.

El harnero es un equipo esencial en una excavación arqueológica. De construcción muy simple, consta de un marco con manillas en ambos extremos y una malla. Usualmente, las mallas son de 4 a 5 mm, pero pueden ser mucho más finas en caso de necesidad. Cada profesional diseña y confecciona su propio harnero. Debe ser liviano y fácil de operar y transportar. Si es muy chico, se satura rápidamente cuando recibe un balde lleno de tierra y hace engorroso su uso. Yo prefiero un harnero grande. Mi favorito lo mandé construir hace más de 30 años y aún me sirve. Mide 150 x 80 cm. Compré en una fábrica de muebles de jardín dos marcos metálicos para mesa con patas plegables y, mandé a confeccionar dos harneros de la misma medida. Uno lo llevé a la Antártica y en un traslado cayó al fondo del mar. El otro aún lo uso, aunque ya está viejito. Este harnero me ha acompañado en casi todas mis campañas y tiene muchas historias que contar. A mis colegas jóvenes les cuesta creer que tenga tantos años.

Por el volumen de tierra que hubo que procesar, en la excavación de la Catedral se utilizaron tres harneros en forma simultánea. Los profesionales de harnero fueron Natalie Hormazábal, Sara Brauer Paula del Hierro, Sandra Flores y Stanley Cárdenas. Fue curioso ver como harneros y harneadores iban ascendiendo a medida que la tierra se acumulaba bajo ellos.

En la próxima nota VII explicaré en que consistió el trabajo de conservación preventiva.

Notas anteriores:

Nota I

Nota II

Nota III

Nota IV