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Niño del cerro El Plomo: un testigo del pasado Inca

Solapas secundarias

Historia del Imperio Inca y origen del niño del cerro El Plomo


Durante el siglo XIII D.C., un pequeño reino quechua localizado en la región del Cuzco en Perú, inició un proceso de expansión que después de un siglo comprendía los territorios que abarcaban desde el sur de Colombia hasta Chile Central.

Surgió así el Tawantinsuyu, el imperio prehispánico más extenso del continente, que contó con un complejo aparato administrativo y una red vial conocida como Camino del Inca o Qhapaq Ñan, con puentes colgantes y tambos o posadas camineras.

El Tawantinsuyu comprendía cuatro grandes divisiones territoriales o suyus: al norte el Chinchasuyu, al oeste el Contisuyu, al este el Antisuyu y al sur el Collasuyu, que comprendía el sur de Perú y Bolivia, noroeste de Argentina hasta la zona central de Chile.

Se estima que la dominación inca del territorio chileno tuvo lugar bajo el gobierno de Topa Inca Yupanqui y de su hijo Huayna Capac, a quienes les interesaba por la abundancia de recursos mineros y humanos, siendo muy importantes los fértiles valles del Aconcagua y de Santiago o Mapocho.

Entre las evidencias de la ocupación incaica en Chile Central tenemos la explotación de yacimientos mineros de cobre, plata y oro, como es el caso del Marga-Marga, así como también de un número considerable de cementerios que se caracterizan por el modo de enterratorio, su profundidad entre 150 a 300 cm., así como por la cantidad de ofrendas que los acompañan.

En la cuenca de Santiago se encuentran los de La Reina, Vitacura, Plaza Italia, Marcoleta, Quilicura, Conchalí, Barrancas, San Agustín de Tango, Nos, Escuela Normal de Preceptores, Catedral y el descubierto recientemente en las excavaciones para la estación del metro Quinta Normal.

Estas evidencias confirman las hipótesis planteada respecto a que el valle del río Mapocho tuvo un gran desarrollo agrícola, con utilización de acequias de riego. Además fue un importante centro administrativo y contaba con una red vial que se conectaba con las otras provincias del Tawantinsuyu.

Estos hechos explican la existencia y la importancia de una ruta por el río Mapocho que ascendía hacia el cerro El Plomo, rumbo al santuario en altura donde fue ofrendado el niño.

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